¿Es usted un cristiano? ¿Cómo lo sabe? Hay muchas ideas equivocadas con respecto a cómo una persona se convierte en un cristiano. Con más información disponible y accesible en el mundo que nunca antes en la historia, no es extraño el por qué alguien se puede confundir o engañar por lo que ha leído o ha sido enseñado por otros.
Aquí hay algunos ejemplos muy sinceros, pero suposiciones erróneas acerca de la fe cristiana: “Soy un cristiano si voy a la iglesia regularmente. Soy un cristiano si ayudo a los demás. Soy un cristiano si doy mi dinero para apoyar a la iglesia. Soy un cristiano si leo la Biblia. Como mis padres son cristianos, automáticamente me hace un cristiano. Como creo en Dios, soy cristiano. Soy cristiano porque soy una buena persona.”
La vida cristiana se trata de una relación viva con una persona, Jesucristo. Él es la vida cristiana. Amar, conocer y servir a Jesús es de lo que la vida cristiana se trata. Ya que Dios es relacional, así también es la vida cristiana. Cuando usted comienza una relación con Jesús, comienza una relación con el Padre. ¿Está usted listo para empezar una relación vibrante con un Dios que le ama y murió en la cruz para darle vida eterna? Si es así, aquí hay cuatro palabras claves para ayudarle a empezar la vida cristiana: amor, separación, provisión y conexión.
1. Amor: ¡Dios le ama! Reconozca que Él lo ama tal como usted es, sin condiciones. Él le amó antes de haber usted nacido. Él desea que usted lo conozca. Dios quiere que usted encuentre una satisfacción espiritual completa, comenzando con una relación vibrante con Su Hijo, Jesucristo.
DIOS LO AMA: Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. (Juan 3:16)
2. Separación: Reconozca y admita que su PECADO lo ha separado de Dios. A sabiendas o por ignorancia, usted ha roto uno de los 10 Mandamientos de Dios, Su norma de perfección. En este momento, usted es culpable ante Dios por su pecado.
El PECADO lo separa de Dios: Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios. (Romanos 3:23)
Su bondad personal o su capacidad para ayudar a los demás no pueden resolver el problema de la separación. No hay NADA que usted pueda hacer para pagar la pena de sus pecados. La moralidad, la religión, la generosidad y las buenas obras no satisfacen la norma de Dios. La Biblia dice: “Hay caminos que el hombre considera rectos, pero que al final conducen a la muerte” (Proverbios 14:12).
3. Provisión: Jesús murió en la cruz para pagar por sus pecados. Él es la ÚNICA solución de Dios al problema de su pecado. Jesús murió en la cruz para conectarlo con Dios. Fue sepultado y, al tercer día, resucitó de la tumba.
JESÚS MURIÓ PARA CONECTARLE A USTED CON DIOS: El Apóstol Pedro escribió: “Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. En el cuerpo, sufrió la muerte; pero en el espíritu fue vivificado.” (1 Pedro 3:18) Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6)
4. Conexión: Creer, confesar y recibir. Usted se conecta con Dios a través de la FE, creyendo en la obra terminada de Jesús en la cruz y confesando sus pecados directamente a Él mediante la oración. Usted lo recibe por invitación personal.
El Apóstol Juan escribió: “Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12) y “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
Pablo escribió: “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.” (Romanos 10:9)
Comenzar una vida cristiana: La vida cristiana empieza a través de una oración de fe. A continuación verá una oración al Señor que puede pronunciar en voz alta si lo desea:
Señor Dios, te doy gracias por tu gran amor por mí. Hoy entiendo lo mucho que me amas. Sé que he pecado contra ti y roto tus mandamientos. Realmente lo lamento. Señor Jesús, te suplico que perdones todos mis pecados. Purifica mi corazón y renueva todas las cosas. Jesús, creo que moriste en la cruz para pagar por mis pecados. Creo que fuiste enterrado y al tercer día resucitaste de la tumba. Hoy te invito a mi corazón y te recibo como mi Señor y Salvador. Amén.
Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.