“Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su Gloria (la gloria que corresponde al unigénito del Padre), llena de gracia y de verdad.” (Juan 1:14)
Los directores de películas han perfeccionado el elemento de la sorpresa. Usando tecnología avanzada, pueden crear efectos especiales para hacer que la audiencia empiece a reírse, llorar o gritar. Cuando Jesús llegó a la tierra había un elemento de sorpresa. Las personas no estaban esperando un Mesías que llegaba silenciosamente. Estaban esperando un Mesías que interrumpía al gobierno romano y empezaba a gobernar.
Sin duda, los discípulos también estaban esperando una demostración espectacular de poder político. Se peleaban para ver quien obtendría una mejor posición en el nuevo reino. Malentendieron el propósito de Jesús. Juan nos ayuda a entender lo que en realidad sucedió, Dios se acercó a nosotros.
Jesús, la Palabra Viva, se hizo hombre y los discípulos experimentaron todo esto. ¿Importa en realidad cuál es nuestro título, si Dios está presente en nuestras vidas? ¿Importa, en realidad, la cantidad de dinero que ganamos o cuántas cosas materiales podemos adquirir?
Los discípulos literalmente vivieron con Jesús. Ellos pasaron tiempo comiendo, hablando y observando al Creador del mundo en acción. Fueron testigos de Su ministerio de sanidad y aprendieron de Sus enseñanzas. No importaba si ellos estaban cerca del mar o sobre una montaña. La clave era que Dios estaba presente con ellos. Él estaba cerca y disponible. No olvide lo que es importante en la vida.
No importa su posición profesional, hay mucho más en esta vida. Apartando tiempo para hablar con Dios y escuchar Su voz son elementos esenciales de la fe. Leyendo la Palabra de Dios y permitiéndole que haga ajustes en nuestra vida es doloroso, pero necesario. Dios lo poda para hacerle crecer. En Cristo Jesús encontramos la gloria de Dios. Reflejamos esta gloria cuando nuestra vida encaja con nuestra identidad. Su identidad se encuentra en una persona, Jesús, no en una posición. Anímese, en este momento Dios está cerca de usted. Aférrese a Él ahora en oración.
Repase: Abra su Biblia y lea Juan 15:4-5
Reflexione: Considere lo siguiente: ¿Qué tengo que hacer para pasar más tiempo con Jesús? ¿Deseo más la aprobación del hombre? ¿Está visible el amor de Dios, misericordia y justicia en mi vida?
Responda: En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”
Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.