“La Palabra, la luz verdadera, la que alumbra a todo hombre, venía a este mundo” (Juan 1:9).
Jesús es la Luz Verdadera. El mundo estaba en oscuridad total hasta que Jesús, la Luz Verdadera se apareció. Aunque muchos se declararon la Luz Verdadera, este título fue reservado para el Señor Jesús. Como se pueden imaginar, muchos han rechazado a la Luz Verdadera.
Dios se revela de muchas maneras. Su sabiduría es revelada a través de la creación. Su amor se muestra en la cruz y Su poder se mostró en la resurrección de Su hijo, Jesús. En realidad, Dios y Sus caminos no son un secreto. Los caminos de Dios son claros, muy claros, pero las personas deciden rechazar la verdad y vivir en oscuridad completa.
“Para ellos, lo que de Dios se puede conocer es evidente, pues Dios se lo reveló; porque lo invisible de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, y pueden comprenderse por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:19-20).
Es Jesús quien saca las personas de la oscuridad (Isaías 60:1-3). Considere esto por un momento. Jesús es el único que puede romper las cadenas de la oscuridad en la vida de esos a quien usted conoce. Visualice la cantidad de relaciones que Jesús puede restaurar y las heridas emocionales que Él puede sanar por completo.
Pablo escribe, “Pues Dios, quien dijo: ‘Que haya luz en la oscuridad’, hizo que esta luz brille en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el rostro de Jesucristo’” (2 Corintios 4:6, NTV). Es a Jesús quien las personas necesita conocer y experimentar.
Pablo escribió, “En otro tiempo, ustedes eran oscuridad; pero ahora son luz en el Señor. Por tanto, vivan como hijos de luz” (Efesios 5:8). La luz de Dios brilla a través de su vida. Solamente hay una Luz Verdadera—Jesús. Continúe caminando en los caminos de Dios. No permita que la oscuridad lo distraiga. Deje que Jesús brille hoy a través de su vida.
Repase: Abra su Biblia y lea Romanos 1:19-20
Reflexione: Considere lo siguiente: ¿Estoy respondiendo por fe cuando escucho la verdad de Dios? ¿Hay una verdad que he decidido ignorar? ¿Tengo dificultad en siempre hablar la verdad? ¿Por qué?
Responda: En oración, pregúntese, “Señor, ¿qué debo cambiar a la luz de estas verdades? ¿Cuáles pasos debo tomar?”
Un Devocional de nuestro libro, Andando con Jesús.